Nuestra piel vive al ritmo del día y la noche.
Esto se llama "cronobiología de la piel". Al igual que nosotros, las células de nuestra piel siguen un ciclo de 24 horas y se adaptan al momento del día, en función de la luz del día y la oscuridad de la noche.
Muy activa durante el día, nuestra piel potencia sus funciones protectoras para defenderse de las amenazas ambientales mientras que por la noche se regenera. ¡Lo cual no significa que esté descansando! La renovación celular, así como todos los procesos metabólicos que la acompañan, se encuentran en su máximo nivel. El flujo sanguíneo y la síntesis de colágeno aumentan y el proceso de división celular se amplifica para reparar y renovar las células de la piel. También es durante la noche cuando la película lipídica, cuya función de “barrera cutánea” es fundamental porque participa en el sistema inmunológico y en la lucha contra los microbios, se reconstituye en la superficie de la piel.
Para favorecer toda esta hermosa actividad, respetar el ritmo biológico de la piel es fundamental. La expresión “tener un sueño reparador” cobra todo su significado cuando se conocen los beneficios del sueño en la piel.
¿Cómo reacciona nuestra piel ante la falta de sueño?
Una noche de sueño inferior a 7 horas es claramente un factor de estrés para nuestra piel. La hormona del estrés, llamada cortisol y que se cree que disminuye durante la noche, permanece alta en la sangre y degrada el colágeno, la proteína responsable de la flexibilidad y firmeza de la piel. La falta de sueño, y especialmente el insomnio, genera estrés oxidativo que puede provocar envejecimiento prematuro de la piel.
Algunos estudios incluso han demostrado que cuando se produce la falta de sueño, la capacidad de reparación de la piel se reduce, por ejemplo en personas que han sufrido quemaduras solares.
Reducir nuestro tiempo de sueño también significa debilitar las defensas inmunitarias de nuestra piel y crear un desequilibrio en nuestra microbiota cutánea, ese ejército de microorganismos invisibles a simple vista esenciales para la protección del organismo y el mantenimiento del equilibrio de la piel. Si un buen descanso nocturno garantiza un rostro fresco al despertar, la falta de sueño marcará rápidamente los rasgos: ojeras, piel seca, bolsas, ojos rojos e hinchados, líneas de expresión, envejecimiento de la piel... todos signos que pueden empañar la imagen que tenemos de nosotros mismos en la madrugada.
¿Cómo podemos preparar nuestra piel para un buen sueño nocturno?
Cuidar nuestra piel antes de ir a dormir es fundamental para permitirle disfrutar plenamente de los beneficios de una noche tranquila.
1
Realizar una limpieza diaria de la piel por la noche: eliminar los residuos de maquillaje, el filtro anti-UV o los depósitos relacionados con la contaminación facilita la renovación celular. Se recomienda realizar una doble limpieza con productos suaves y no detergentes, empezando por un primer tratamiento limpiador como aceite/bálsamo que elimina los residuos lipídicos, seguido de una segunda limpieza con un gel, una leche para aclarar u otra limpieza enzimática. espuma .
2
Profundamente limpia y libre de impurezas,la piel está más receptiva a la aplicación de un sérum o crema hidratante.
3
Potencia la piel con tratamientos que contengan activos anti-edad adecuados como sérums para las arrugas o incluso sérums para la firmeza de la piel , para beneficiarte de la óptima renovación celular que se produce por la noche.
4
Aplicar una crema o fluido regenerador por la noche para hidratar la piel del rostro, reforzar su función barrera y reequilibrar la microbiota cutánea.
5
¡Relaja y libera los músculos faciales con un masaje cutáneo!
9 consejos a aplicar (a partir de esta noche) para un sueño reparador y una rutina más saludable
- Dormir al menos 7 horas por noche para un adulto entre 18 y 60 años.
- Adopte un horario de sueño regular para sincronizar los ritmos de sueño/vigilia.
- ¡Vete a dormir temprano!
- Practique actividad física regular durante el día pero nunca por la noche.
- Evite la cafeína y los estimulantes después de las 4 p.m., que aumentan los despertares nocturnos.
- Coma ligero: una digestión demasiado pesada afectará la calidad del sueño.
- Juegue con la luz: atenúe la luz por la noche, duerma en la oscuridad para favorecer la producción de melatonina.
- Apártate de las pantallas al menos 1 hora antes de acostarte: su luz azul imita el modo “día” y genera radicales libres que atacan la piel.
- ¡Medita antes de acostarte para aumentar los beneficios del sueño sobre el equilibrio emocional!