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Para que el verano rime con bienestar

Comidas, salidas, baños de sol, amistades festivas; pero también descanso, deporte, bienestar y equilibrio. En julio y agosto se multiplican los requerimientos y los deseos contradictorios. Entonces, ¿cómo puedes hacerte algo bueno sin comprometerte con un verano monástico? ¿Cómo beneficiarse de sus seres queridos, pero también de usted mismo? Revisión del personal sobre buenos reflejos para pasar un gran verano, ¡en el pleno sentido del término!

Vuelve a centrarte en tus necesidades reales y tómate un tiempo para ti: cuando llega el verano, los buenos propósitos están ahí. Pero al final, ¡a menudo domina la sensación de haber cedido a numerosas tentaciones sin haber conseguido realmente reequilibrarnos!

Prepárate para experimentar plenamente tu belleza veraniega.

Para evitar estos arrepentimientos, es imprescindible un reflejo: preparar nuestro verano con antelación. Establecer objetivos, definir un programa, hacer una lista de nuestros propios deseos. Con moderación, sin embargo: no imponer de antemano reglas fijas que se aplicarán rígidamente durante nuestras pocas semanas de vacaciones. No, simplemente establece principios que serán recordatorios útiles para nuestro bienestar cuando el torbellino del verano esté en pleno apogeo.

El concepto de “belleza holística” constituye el segundo punto clave del bienestar estival. No se trata sólo de considerar la propia belleza de manera plástica, sino de razonar de manera global combinando todo lo que puede contribuir a aumentar nuestro equilibrio: cuidar de forma natural, pero también y sobre todo nuestro estilo de vida, nuestra actividad física, nuestra la dieta y, en sentido más amplio, todo lo que nos ayuda a sentirnos bien con nosotros mismos y con los demás. El período estival es especialmente propicio para esta búsqueda de la verdadera belleza, interior y exterior.

Tratamientos corporales y faciales adaptados al ritmo del verano

Esta búsqueda comienza con buenos productos cosméticos y una rutina de cuidado de la piel adaptada al sol y a las temperaturas más elevadas. Antes de partir, puede ser necesario preparar tu piel exfoliándola con masajes circulares comenzando desde la parte inferior y subiendo hacia la parte superior del cuerpo y rostro. Durante las vacaciones, naturalmente evitarás la exposición excesiva a las horas más calurosas del día y siempre protegerás tu piel aplicándote regularmente un protector solar de factor alto (50 para pieles claras a oscuras). Los más cautelosos llevarán sombrero, gorra o se refugiarán bajo una sombrilla.

Por lo demás, puedes disfrutar fácilmente de momentos beneficiosos en tu baño: empezar por una buena limpieza de la piel, continuar con la hidratación con una crema rica en ácido hialurónico, evitar los aceites que no acompañan bien al sol y terminar. si puedes con un automasaje de la piel. ¡Sin olvidar un auténtico after-sun para recargar la piel de vitamina E y enzimas !

Nutrición e hidratación estacional.

Bebe, bebe y vuelve a beber, ¡agua por supuesto! Dos litros al día en pleno verano, y más bien a temperatura ambiente (porque contrariamente a la creencia popular, el agua demasiado fría obliga al cuerpo a calentarla para adaptarla a nuestra temperatura corporal).

En cuanto a la alimentación, favoreceremos las frutas y verduras de temporada. Si la naturaleza está bien hecha, los de verano son naturalmente ricos en agua: tomates, sandías, melones… También recurriremos a alimentos ricos en betacaroteno . Además de su sabor, tienen propiedades antioxidantes que ayudan a la piel a protegerse del sol. Identificarlos es sencillo: generalmente son de color naranja (zanahorias, albaricoques, mangos, calabazas), rojos (pimientos y tomates) o verdes (ensaladas, espinacas, etc.). Por supuesto, las sopas frías, las ensaladas mixtas, las verduras a la parrilla, el pescado fresco y las carnes blancas siempre serán preferibles a las fatídicas barbacoas, aperitivos salados y otros embutidos del verano. Y para estar del todo completo, una ayudita de complementos alimenticios ricos en vitaminas C y E , antioxidantes y betacarotenos siempre será bienvenida.

Un estilo de vida saludable y lo más respetuoso posible con nuestro cuerpo

Por estilo de vida abarcamos un campo muy amplio que comienza con el descanso y la calidad del sueño. Nunca podremos repetirlo lo suficiente, pero son esenciales para nuestra forma y nuestro estado de ánimo. ¡Es muy recomendable dormir ocho horas por la noche, una siesta breve o un momento de tranquilidad después del almuerzo!

Otro punto clave: la actividad física. Algunos preferirán caminar (objetivo de 8 a 10.000 pasos, o 30 minutos por día); otros serán aficionados a esfuerzos más intensos como jogging, natación o cualquier otro deporte con un poco de cardio; Otros más avanzarán hacia prácticas más meditativas, en particular el yoga. También puede ser el momento de emprender actividades que siempre has querido probar sin siquiera tomarte el tiempo: senderismo, bicicleta de montaña, kitesurf, kayak, remo, equitación o cualquier otra actividad para realizar solo o con otras personas. Lo importante es moverse y evitar los excesos excesivos (fiestas, alcohol, comidas abundantes, sol)… sin prohibirse su uso con moderación. La vitamina E del sol es buena para la moral, y ¿qué sería de un verano sin baile, música o unas copas aquí y allá?

Porque para concluir, es evidente que las vacaciones de verano son ante todo un momento feliz y festivo que nos gusta compartir con nuestros seres queridos. La cuestión no es privarse de ello, sino todo lo contrario. Pero el verano también debe ser ese necesario momento de descanso en el que reconectarnos con nosotros mismos, y sólo con nosotros mismos. La lectura, la música, el dibujo, los paseos, los masajes, los baños o cualquier otro tiempo personal serán preciosos aliados para encontrar ese “yo” que tantas veces se descuida durante el año, ¡y sin embargo tan necesario para nuestra belleza!

Lo esencial para un verano verdaderamente tonificante

Consejos no exhaustivos, para consumir libremente y sin moderación alguna.

  • Aprovecha la luz natural en los mejores horarios: antes de las 11 horas y después de las 16 horas.
  • Duerme bien, levántate temprano y toma una siesta en lugar de dormir hasta tarde.
  • Beber habitualmente, entre 1,5 y 2 litros de agua al día a temperatura ambiente.
  • Favorecer una alimentación saludable: zumos de frutas, ensaladas, verduras de temporada, comidas preparadas en casa.
  • Consuma antioxidantes: frutas y verduras, bayas frescas o secas (goji, arándanos, grosellas negras, etc.), semillas germinadas, té verde.
  • ¡Reduce azúcares, café, refrescos, cigarrillos, alcohol!
  • Tómate un tiempo real para ti: lectura, música, dibujo, relax...
  • Muévete, practica actividad física regular que mantenga tu cardio: caminar, andar en bicicleta, nadar, trotar, etc.
  • Practicar meditación y yoga para quienes puedan/desear.
  • Adapta tu rutina de cuidado de la piel: cremas solares y after-sun, limpieza e hidratación de la piel, menos maquillaje, etc.
  • Hazte bien: ve a la sauna, hazte un masaje, camina descalzo por la arena o bajo el rocío de la mañana.

Y sobre todo, ¡disfruta de la vida, de tus seres queridos y de todos los que amas!